Edward Elric - Fullmetal Alchemist 5 -->

lunes, 27 de mayo de 2013

Capitulo 26



Capitulo 26: Jaqueline.

Narración: Rose

Habían transcurrido algunos minutos. Richard continuaba observando con detenimiento la puerta de su hogar. Jaló aire y se giro a verme. No dijo nada, solo me contempló por unos segundos. Luego hizo una seña que entendí al instante: era el momento.

Ambos nos acercamos a la puerta. Richard levantó lentamente su mano, esperó unos segundos y luego llamó a la puerta. Se escucharon unos pasos aproximarse a nosotros. Trague saliva. La puerta se había abierto. Una señora bastante joven y con una esplendida sonrisa fue quien nos abrió. Aunque su sonrisa se desvaneció al ver a Richard. Su rostro se torno pálido y sin contenerse recibió a Richard con una fuerte y gran bofetada. Estaba perpleja tras lo ocurrido. Mire a la señora que ahora se encontraba llorando. Se acercó a Richard y lo abrazo fuertemente.

— Niño estúpido… No sabes lo preocupada que estaba. —le susurró mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.

— Lo lamento madre— respondió Richard viendo hacia abajo

Ella se apartó y nos invito a pasar. Entramos y nos dirigimos a la sala. La madre de Richard se introdujo a la cocina mientras nosotros tomábamos asientos en un pequeño sofá. Luego regreso trayendo un pastelillo y una taza de té solamente para mí. Luego tomó asiento frente a nosotros y miró a Richard. Ninguno hablaba solamente se observaban mutuamente sin despegar sus ojos. Tras un largo silencio su madre desvió su mirada a mí. Luego sonrió y dijo:

— Me alegra saber que la novia de mi hijo sea tan linda.

— No somos novios —negué de inmediato.

— Ah no. Discúlpame entonces, es solo que al ver tu mano entrelazada con la de él me imagine que lo eran.

— ¿Manos? —pensé un poco y luego reaccione al darme cuenta que todavía continuaba tomada de la mano con Richard. Me apene. Solté su mano e incline mi cabeza.

— Vamos querida, no tienes que apenarte. Sinceramente me alegra saber que mi hijo haya encontrado a alguien como tú. Tal vez tú puedas hacer que mi hijo olvide a Ja…

Richard golpeó la mesa. El estruendo calló a su madre al instante. Me gire hacia él para decirle algo, pero se notaba que estaba enfadado. Me gire de nuevo y no dije nada.

— Entiendo, ella no lo sabe ¿verdad? — Dijo su madre dirigiéndose a él.

— No es necesario que lo sepa. —Respondió Richard.

— Si tú lo pides. No diré nada.

Me sentí excluida en ese momento. Hablaban de un tema que absolutamente me era desconocido y del cual ninguno de los dos seria capaz de contarme. Suspire. En ese momento se escucha la puerta abrirse. La madre de Richard se levanta. Luego se oyen dos voces hablando, una de ellas era la de su madre y la otra era desconocida. Se trataba de una voz mucho mas grave y se trataba de un hombre. Supuse entonces que se trataba del padre de Richard.

— Ay Jaqueline estoy sumamente cansado.

— Me imagino querido, pero quizás deberías no llamarme por mi nombre.

— ¿Por qué?

— Porque…

Ambos entran a la sala. El padre de Richard lo observa. Luego me mira por un segundo. Da un suspiro y se sienta frente a nosotros junto a su esposa. El ambiente se puso tenso. La familia Zubieta estaba totalmente callada. Una reunión familiar en el que yo no encajaba muy bien. Me levante y dije:

— Que descortés de mi parte venir sin un regalo para ustedes. Iré a comprar uno.

Sin que nadie me dijera nada, salí de la casa. Mire el lugar para no olvidarme en donde se encontraba la casa. Luego camine sin rumbo alguno.

Sabía más que nadie que no debía estar ahí. Ellos tenían muchas cosas que discutir y yo no era nadie para participar en dicha discusión. Aunque me preocupa lo que pueda pasar en esa casa. No conozco nada de los problemas de los Zubieta, pero quisiera poder ayudar. Me duele no poder hacerlo. Solo soy una espectadora que no puede dar su opinión.

Suspire. Gire para regresar, pero no reconocía el lugar. Camine un poco mas buscando algún lugar que pudiese ubicarme. Camine y camine hasta llegar a una casa que reconocí a al instante, era la misma en la que Richard estaba temblando. Que pudo haber pasado en este lugar para que él se pusiera de esa forma.

— ¿Puedo ayudarte?

Me gire al escuchar una voz detrás de mí. Se trataba de una señora mas o menos de la misma edad que la madre de Richard solo que se diferenciaban porque ella si tenia algunas marcas de piel. Retrocedí algunos pasos y trate de decir algo pero no se me ocurrió nada.

— Tu no eres de por aquí ¿cierto?

— Así es, vengo del norte.

— ¿Del norte? Es inusual ver a personas del norte por estos lados ¿Qué te trae por aquí?

— Vine a acompañar a un amigo mio, pero salí un momento de su casa y ahora no la encuentro.

— Haha —río— disculpa, pero me recordaste a mi hija. Solía pasarle eso, pero esa es otra historia. Si quieres puedo ayudarte a encontrar la casa de tu amigo.

— ¿Enserio?

— Claro

— Entonces…—me detuve en seco— no perdón, pero creo que no puedo regresar ahora. Ellos tiene un asunto que atender.

— Oh debe ser algo delicado.

— Así es.

— Que te parece si te invito a mi hogar. Puedes estar un rato.

— Que amable es usted, pero esta segura.

— Por supuesto, además un poco de compañía no hace daño. Pasa entonces.

La mujer se introdujo a la casa rosada, la misma que había estado observando, donde Richard había estado temblando. Detrás de ella iba yo. Entre, el lugar era muy acogedor. Un estilo similar a mi hogar, aunque un poco más simple.

— Siéntate querida— me dijo gentilmente mientras depositaba unas bolsas sobre una mesa. Le hice caso y me senté sobre un enorme sillón color crema.

— Tiene una casa muy bonita señora.

— Gracias, la remodelamos hace unas semanas. El antiguo diseño nos traía malos recuerdos. Aunque dejamos una habitación igual. ¿Te gusta el té de limón?

— Sí

La señora trajo unas tazas de té, una para ella y otra para mí. Se sentó frente a mí y tomó un sorbo de té. Luego suspiro.

— ¿Cómo te llamas querida?

— Rose, Rico Galin… disculpe Rico Rico Rose.

— Rose… es un bonito nombre. Me gustan los nombres con R

— Gracias. De hecho todos los miembros de mi familia tenían nombres con R. Parece que era algo tradicional.

— Que peculiar. A mi hija le gustaban los nombres con R. Y ahora que lo pienso ese muchacho también tenía un nombre con R, disculpa suelo desviarme mucho de los temas. —sonrió

De pronto se escucha el ligero canto de un ave. Giro la cabeza y visualizo un periquito albino.

— Que bonito.

— Si verdad. Se lo dieron a mi hija hace un año como regalo de cumpleaños. Parece que se lo dio su novio.

— Su hija debe tener mucha suerte de tener un novio así.

— Si, ya lo creo. Mi hija fue muy feliz al lado de ese muchacho.

— Disculpe…

— ¿Qué pasa querida?

— Tal vez no debería preguntar esto pero… usted habla como si ella ya no…

— Estas en lo cierto. Mi hija falleció hace dos años. Al parecer fue suicidio. —comentó mientras unas lágrimas brotaban de sus ojos.

— Perdóneme. Le he traído tristes recuerdos.

— No tienes por qué preocuparte. —se quita las lágrimas— Mi hija fue muy feliz gracias a ese joven. De lo único que me arrepiento es de haber malinterpretado la situación de este muchacho. Es mi único remordimiento…

— …¿Cómo se llamaba, su hija?

— Se llamaba… Jaqueline.


miércoles, 8 de mayo de 2013

Kawaii

Mi querido mundo :)
como han estado 
xDDD bueno como que andan
muy confundidos con mi 
anterior entrada
hehe y no los culpo
no fui muy clara xDDDD
[Caami tu si lo entendiste]
jeje bueno eso se los terminare
de contar despues xDDD
bueno les dejo la bella imagen que 
me gane por haber participado en el concurso
de Tamara xDD [me encanto]


sábado, 4 de mayo de 2013

...

—¿Que onda con Mota? —pregunto mientras observaba a Gaby  riendo con su amiga.
Ana se giro hacia él con aire extrañada, y le respondió.
—¿Que onda con qué?
El muchacho apartó su vista de Gaby y se giro a Ana. Tragó saliva y apenado preguntó:
—¿A quién le gusta Mota?

jueves, 2 de mayo de 2013

:)



Te invito a sonreír
no te preocupes
yo pago