Edward Elric - Fullmetal Alchemist 5 -->

domingo, 27 de enero de 2013

Intercamblogs


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martes, 22 de enero de 2013

Capitulo 22


Capitulo 22: 22 de enero 



Narración: Rose

He estado despierta desde las 5:00 a.m. ya son las 8:00 a.m. y aún no me levantó. Tengo miedo, miedo de lo que pueda pasarme el día de hoy. No quiero levantarme. Hubiese escapado mientras podía. ¿Qué haré?...

Temerosa aparte las cobijas y me levante. Permanecí sentada por un rato más, de pronto escucho que alguien toca a mi puerta. Me estremecí al notar que los golpes se hacían persistentes. Me armé de valor y me encamine a la puerta a abrirla.

— ¡Feliz cumpleaños mi preciosa hija! —dijo mi madre dándome un fuerte abrazo —Dieciocho años no se cumplen todos los días —se apartó— Apresúrate y baja al comedor que te tengo preparada una enorme sorpresa —se giro— Tomate tu tiempo, arréglate y vístete lo mas preciosa que puedas. Dentro de tu closet hay un nuevo atuendo para ti, espero que te guste —se fue

¿Qué había sido eso? La actitud de madre no era la que yo esperaba que fuera. Era amable y muy gentil. Era la madre que había perdido hace años. ¿Acaso todo esto había sido solo un sueño o ella solo estaba jugándome una broma? Claro que no es ninguna broma, de eso estoy segura. Estaba convencida de que todos los sucesos que habían pasado eran verdaderos. Incluso el peor de ellos. Era imposible que fueran solo un sueño. Regresé a mi cuarto a buscar lo que me había dicho mi madre. Hay estaba un precioso abrigo de color negro, muy suave y bastante hermoso. Junto a el habían unos zapatos de plataforma plateados y un pantalón de mezclilla azul. Al fondo había un reloj de pulsera muy semejante al que le regale una vez a Richard. Una lágrima corrió por mi mejilla. Recordar a Richard dolía de la misma forma que la perdida de mi padre y la de Nicole. ¿Qué extraño era este sentimiento? Limpie de inmediato la lágrima y me cambie de ropa. Até mi cabello, me puse el reloj y salí de la habitación. Tomé aire y observe con cuidado mi cuarto, como si fuera la primera vez que lo viera. Respire profundo. Di media vuelta y baje las escaleras.

Aun recuerdo con claridad la primera sonrisa que me mostraste cuando nos conocimos…

***

— “…Me llamo Richard Z…Zubieta”

No era para nada extraordinario. Solo era un chico normal como cualquier otro. “Pueblerino del este” fue como lo llamaron el primer día. Una escoria que no sirve para nada. Yo no pensaba eso. Solo lo vi como la persona que era. Tal vez era un poco callado y muy extraño para los demás, pero no cambiaba el hecho de que siguiera siendo un ser humano. Con sentimientos y emociones como cualquier otro. Un verdadero amigo. Cuando le hablé por primera vez me sentí muy cómoda con él. Amable, atento, solidario, esa era la clase de persona que era Richard. Mi mejor amigo. Me recordaba claramente la gentileza de mi padre y el cariño de Nicole. Podía confiar en él y no preocuparme de que me traicionara en el futuro.

— “…14 de octubre”

¿Qué habrá ocurrido en esa fecha para que hayas terminado llorando? Cuando te vi llorar me sentí impotente, incapaz de poder ayudarte, a ti que me brindabas un cálido amanecer siempre que podías. Admiraba totalmente a este chico, quien a pesar de las circunstancias en las que se encontrara, siempre salía adelante. Distinto a mí, quien prefirió pretender que nada pasaba. Una gran equivocación de mi parte.

— “Rose. Te amo…”

Te amo. Había escuchado cientos de veces estas palabras, pero nunca habían sido tan distintas a las de aquella noche. Tal vez era porque las dijo él, mi estimado Richard. Nunca antes me he enamorado. Nunca antes he amado a alguien. No conozco eso a lo que llaman amor. Yo solo he vivido para complacer a mi madre y obtener el perdón de mi hermano. Descuide por completo ese tema, pero qué es el amor. No lo sé, o quizás si. Mi primer beso me fue dado por mi mejor amigo. Al principio sentí satisfacción, no lo sé con exactitud, solo sé que me gustaba la sensación que sentía. Pero recordé que él era mi amigo, y simplemente me alejé. No sabia que hacer. Me incomodaba y me alegraba al mismo tiempo. ¿Es esto amor? Sigo sin saberlo.

— “…Mi regalo es… un adiós”

De pronto me dijiste adiós. Tristeza fue lo primero que sentí. Desesperación, angustia, melancolía. Era claro que no quería que te fueras. Quería seguir a tu lado. Seguir juntos por siempre. Era lo que quería, pero no pude decirlo. La única persona en la que confiaba. La persona que quería más en este mundo, solo desaparecería así como así. Dejándome atrás. Olvidándome por completo.

Siempre me pasa esto. Las personas a las que amo desaparecen sin dejar rastro. Primero mi padre, luego Nicole y por último Richard. Ese es mi destino. Estar sola para siempre.

***

— Hija tardaste bastante en bajar, estaba empezando a preocuparme —sonrió mi madre poniendo un plato en la mesa

Me acerque al comedor y visualice gran cantidad de comida en el. La mayoría de ella era mi comida favorita. Mi mamá me sentó en la única silla que había. Ella permaneció de pie, observándome como comía.

— Estas muy callada, ¿sucede algo?— preguntó preocupada

— En lo absoluto —respondí de inmediato— estoy bien

— ¡Que alivio! Creí que tendría que llamar al doctor —acercó una silla— Dieciocho años, que rápido pasa el tiempo. Mi hija ya es toda una adulta. Eres mi orgullo Rose, y siempre lo serás.

— Lo sé —murmure

— Rose, te has esforzado mucho en estos últimos años. Lo he notado. Por eso he estado reflexionando sobre todas mis acciones y quiero pedirte perdón. Me equivoqué. Enloquecí por completo. No sabia lo que hacia. Y puede que con unas disculpas no arregle todo lo que te hice, pero podemos volver a empezar desde cero. Tal y como lo dijiste hace tiempo. Empecemos de nuevo.

— ¿Es enserio todo lo que dices? ¿No me estás mintiendo?

— Claro que no. Me arrepiento de todo. Perdóname.

No pude evitar que mis lágrimas salieran. Que felicidad tan grande era la que estaba sintiendo. Abrace a mi mamá como nunca antes lo había hecho, y ella de la misma forma lo hizo. Se abrió una puerta y entró Roberto con un enorme pastel que colocó en la mesa. Luego se acercó a mí y me dio un fuerte abrazo, diciéndome palabras semejantes a las que me dijo mi madre. ¿Este era un sueño verdad? ¡Qué sueño tan hermoso! No quiero despertar. Pero no lo era. Era la realidad. Todo estaba sucediendo realmente. Quizás todo el esfuerzo que puse valió la pena. Estaba recibiendo mi recompensa. El pago de todo mi trabajo.

Faltaba solamente papá para que todo esto fuese perfecto, pero es claro que aun con su ausencia la felicidad había regresado a ser la misma a la que una vez perdimos.

Las horas pasaron. Nos divertimos como antes. Todo iba bien.

— Por cierto, ¿dónde está tu amigo? —preguntó mi madre de repente

— Richard, él se irá del norte.

— Con que se fue. Como tu amiguita de hace años, como se llamaba. Nicole ¿cierto?, pero no te preocupes. Nosotros estamos aquí para protegerte —sonrió

— Si ma´ lo sé

Un sonido empezó a sonar. La alarma de un reloj sonando una y otra vez se escuchaba por
toda la sala. Me di cuenta de que se trataba del reloj que traía puesto. Marcaban las 5:00 p.m.

— Oficialmente tienes 18 años —dijeron ambos al mismo tiempo

Mi mamá se levantó y se encaminó a una puerta. La abrió y dejó pasar a un extraño hombre. Ambos se aproximaron al comedor. Roberto permaneció callado. Sin poder contenerme pregunté:

— ¿Quién es este hombre?

— Cállate— respondió fríamente —Bueno esta es la chica

— Muy linda debo admitir —respondió el hombre mirándome de pies a cabeza— ¿Enserio puedo hacer lo que quiera con ella?

— Claro —respondió mi madre

— ¿Qué estas diciendo mamá?

— Justo lo que acabas de escuchar

— Un momento, pero…

— Guarda silencio —interrumpió— Este es tu castigo por no ser perfecta

— Pero tu dijiste que me perdonabas

— Las personas cambian de opinión

— Pero mamá

— ¡Cállate de una vez! Hazte cargo de ella por favor

El hombre se aproximó a mí y me tiró al suelo. Se acercó a mí y empezó a tocar mi cuerpo.

— Suéltame— grité

— Esto es magnifico. Soy feliz ahora —murmuro mi madre sin mover un solo dedo.

Mis lágrimas salieron rápidamente. Había sido engañada. Seguramente mi madre nunca pensó en perdonarme. Todo esto era horrible.

— ¡Ayúdenme!

— Nadie te ayudará. Todos te han abandonado —rio cruelmente mi madre

— ¡Ayúdenme, por favor! Papá… Nicole… ¡¡¡¡¡RICHARD!!!!!

La puerta se abrió de repente. Alguien entró a toda velocidad y golpeo al hombre tirándolo al suelo dejándolo inconsciente. Se incorporo y dijo:

— El héroe siempre llega al último

Era Richard quien se supone ya no debería estar aquí.

******
Holaaaaaaaaaa!!!!

 lo prometido es deuda y miren que si cumplo (tarde pero seguro xD) Les traigo mi capitulo justo a tiempo. ¿Les gusto? A mí si y mucho mas al final, tan heroico fue, siempre quise hacer eso y por fin lo logre, mmmmm pero  por qué Richard está aquí, se supone que se iría ¿que paso? okay mas detalles en el proximo cap.
Comenten por favor !!!!



Y por cierto a ti que cumples un añito mas te deseo lo mejor de lo mejor (aunque no creo que lo leas estando aquí de cualquier forma lo escribo xD jiji en fin te pongo tu pastelito y que te deseo un muy feliz cumple ¡ anímate, por favor!




Saludines

sábado, 19 de enero de 2013

Capitulo 21

Realmente esperaba que mi vida cambiara, y realmente lo hizo… pero no de la forma en la que espere que sucediera.

Capitulo 21: Un cruel “destino”



Vi como se alejaba poco a poco la enorme mansión en la que había vivido los últimos dos años. Era triste dejar aquel hogar en el que había vivido durante todo ese tiempo, pero tenía que mirar hacia enfrente y avanzar. Mire a mi papá, le sonreí y luego pregunté:

— ¿A dónde iremos?

— Buena pregunta —bromeó— ¿Te gustaría conocer el este? —preguntó sereno.

— ¿Cómo es allá?

— Muy contrario a este lugar. El sol brilla todo el día, no hay nubes que lo escondan, es un cálido lugar, el este es como la eterna primavera.

— Que hermoso —musite— quiero ir.

— Vayamos, solo déjame llenar el tanque de gasolina.

— Sí.

El auto continuo avanzando, vi a lo lejos la gasolinera, nos acercamos a ella pero la pasamos. Voltee a ver a mi papá y le pregunté:

— ¿No ibas a llenar el tanque?

Mi papá guardo silencio. El auto siguió en marcha. Pasamos otra gasolinera pero tampoco nos detuvimos. Mi papá jaló aire y con hilo de voz dijo:

— Rose, la vida es sumamente hermosa —masculló— la felicidad que tanto anhelas, la encontrarás, estoy seguro —jaló aire de nuevo— cuando la encuentres procura compartirla con las personas que ames.

— Claro papá —respondí alegre.

— Mi pequeña —sonrió— prométeme una cosa.

— ¿Qué? —pregunte confundida.

— Sin importar lo que pase, prométeme que nunca llorarás —dijo con un hilo de voz— que siempre tendrás una sonrisa en tu rostro sin importar la situación en la que te encuentres, aunque sea buena, aunque sea mala… siempre sonreirás —clavo sus vidriosos ojos en mí.

— Claro —titubee— tenlo por seguro.

— Recuerda Rose… mientras sonrías todos los demás lo harán… —al terminar su rostro estaba cubierto de lágrimas.

— … ¡Papá! —exclamé— ¿estas bi…?

— Rose —interrumpió— abróchate el cinturón de seguridad —ordenó.

Hice caso de inmediato. Mi papá volteo a verme, me sonrió y luego…

Abrí mis ojos, miré a un lado a otro tratando de averiguar en que lugar estaba. Sabia que no era mi casa, era obvio, pero tampoco creía que se tratara del este, donde se supone íbamos a ir mi papá y yo. Traté de levantarme pero no pude, mi cuerpo me dolía por completo. No podía mover absolutamente ninguna extremidad, el dolor era insoportable.

De pronto escucho el sonido de una puerta abriéndose, traté de levantar mi cabeza para saber de quién había entrado, pero no pude. Logro escuchar voces que van aproximándose cada vez mas, de pronto una de ellas dice:

— ¡Al fin despiertas! —exclama— gracias señor por este gran milagro —dijo una jovencita que parecía una enfermera.

— Rose —dijo una gentil voz femenina— ¡qué alegría que estés bien! Estábamos muy preocupados de que pudiera pasarte algo.

— Señora —dije al reconocer a la mamá de Nicole— ¿Qué me pasó?

Al escuchar esa pregunta la mamá de Nicole y la enfermera se miraron por un momento y luego comenzaron a cuchichear entre ellas. Tras un segundo la enfermera abandonó la habitación, mientras tanto la mamá de Nicole había acercado una silla para sentarse a mi lado. Se quedo pensativa por unos segundos. Luego de la espera respiro profundo y me dijo:

— Es complicado… —murmuro—…pero tienes derecho a saber toda la verdad. Rose —hizo una pausa— el auto en el que iban no tenía frenos. Tu padre no pudo controlar el auto, a pesar de sus esfuerzos… el auto se estrelló. —dijo girando ligeramente su cabeza hacia la ventana. Trago saliva y continuó— El impacto no fue tan grave, saliste casi ilesa de ello, estás a salvo, y ahora po…

— Señora —interrumpí— ¿Qué le pasó a mi padre?

La mamá de Nicole puso su mano sobre su boca, sus ojos se pusieron vidriosos y rojos, apartó su vista de mí y dijo;

— Lo lamento Rose… —dijo con un hilo de voz— tu padre… está muerto. No tuvo la misma suerte que tú. Murió al instante…

Veía como los labios de la madre de Nicole seguían moviéndose, pero no lograba escuchar ninguna palabra que decía. En mi mente solo permanecía una palabra: muerte. Mi padre estaba muerto, la única persona que podía salvarme se ha ido. ¿Por qué de repente? ¿Por qué tuvo que suceder esto? ¿Había hecho algo mal? ¿Qué clase de destino era este? Todo había resultado mal pero ahora estaba mucho peor. ¿Qué puedo hacer ahora? Nada. Soy solo una niña. Inservible. Incompetente. Una inútil.

Cubrí mis ojos con mis manos. Había entendido todo. Desde el momento en el que pasamos la gasolinera estaba todo predicho. Mi padre lo sabía, sabía absolutamente todo. Sabía que su vida estaba a punto de acabar… y por eso me dijo todas esas palabras, con el fin de que me sirvieran en un futuro distante porque él sabía que ya no podría decírmelas más tarde. Me ordenó ponerme el cinturón de seguridad para que saliera ilesa. Todo el tiempo pensó solo en mí, y en nadie más. Ni siquiera en él. Es tan injusto. Un hombre como él tan gentil y amable no tenía por qué morir. No debió morir. Mi padre… mi padre está muerto. Ya no regresará nunca más. No podre verlo de nuevo. No podre abrazarlo y sonreírle como siempre lo hacia. Él desapareció para siempre. Mis lágrimas estaban a punto de fluir cuando de pronto una palabras cruzaron por mi mente “…prométeme que nunca llorarás...”

— … Sin importar lo que pase —complete— No lloraré

No lloraré. No lloraré. No lloraré. Porque yo se lo prometí. Es mi última promesa y pienso cumplirla. Jalé aire una y otra vez. Levanté mi mirada y forcé una sonrisa diciéndome “todo estará bien”. Tomé aire de nuevo y pregunté a la madre de Nicole.

— ¿Dónde está mi madre?

La madre de Nicole se limpio las pocas lágrimas que aún tenia en su rostro. Miró por la ventana y con una voz suave respondió —No ha venido ni una sola vez, posiblemente esté…

— No importa —interrumpí— me lo esperaba— pensé

— Rose tal vez este no sea el momento preciso para decirlo pero creo que esta es mi única oportunidad para hacerlo

— ¿Qué cosa?

— Dentro de una semana mi esposo, yo y Nicole —hizo una pausa— nos iremos de aquí

— Eh irse… pero por qué. Aquí han vivido bien, no creo que sea necesario que se vayan

— Rose, ya esta decidido. Nos iremos. Me da pena irnos sabiendo que estas en una difícil situación, pero el trabajo en el que estamos mi esposo y yo requiere de varios viajes. Te digo esto porque quiero que nos vayamos en buenos términos contigo, y eso incluye a Nicole. Sé que están peleadas y aunque no conozco la razón de su pleito quiero que hagan las pases.

— Claro señora como usted diga —sonreí

— Rose como me gustaría llevarte con nosotros

— Y sí yo dijera que quiero irme con ustedes, ¿me llevaría?

— Bueno luego de hablar con tu madre quizás pudiera…

— No se haga ilusiones señora —dijo una voz un poco molesta— no podría dejar a mi preciada hija en manos de unos miserables como ustedes —río— ahora si me disculpa podría dejarme sola con mi pequeña —termino mi mare entrando a l habitación

— Por supuesto. Nos vemos Rose —tomó su bolso— Hasta luego señora Galindo —salió

Mi madre camino lentamente hacia mí, o al menos eso parecía. Tal vez el miedo dentro de mí hacia que fuese de esa forma. Tragué saliva y abrí la boca para decir algo pero la profunda mirada que tenia mi mamá no me permitió hacerlo. Su mirada tan oscura, tan vil, tan siniestra me intimido inmensamente.

— ¿Qué se siente perder todo en tan solo unos instantes? —hizo una pausa mostrando una sonrisa ruin— Realmente pensaste que tus deseos se harían realidad con solo pedirlos, ¡por favor! Que estúpido de tu parte pensar de esa forma.

Por mas que intentara hablar no podía, un nudo en la garganta se me hacia siempre que intentaba hacerlo. Recordaba tristemente todo lo que había pasado, desde el momento en el que había abandonado la casa de mi madre hasta el momento en el que llegue a este hospital, todo eso había sido un gran infierno para mí. ¿Qué debería ser? Después de lo sucedido ¿puedo aun contar con el apoyo de mi madre? Por la forma en la que habla, supongo que no, después de todo, yo… ¿Qué será de mí sin nadie a mi lado?

— Como buena persona que soy pagaré todos los gastos del hospital, no te tendrás que preocupar por el dinero en lo mas mínimo…

¿Escuche bien? Me esta brindando su apoyo. Que feliz estoy, realmente aun hay esperanzas, aun puedo continuar como siempre, puedo…

— …Después de todo debo comparecerme de los pobres niños huérfanos. —murmuro fingiendo lastima— Que difícil debe ser para ti perder a tu única familia, realmente lo lamento —levanto su vista y me miro cruelmente— nos vemos, pequeña señorita Rico —se giro y se aproximó a la salida

— Espera mamá

Se detuvo en seco, se giro de nuevo hacia mí y se precipito rápidamente a mi lado y sujetando con fuerza el cuello de mi blusa me jaló bruscamente. Me miro con un gran odio en sus ojos y con un tono fuerte y agresivo me dijo:

— ¿Mamá? Resulta ahora que soy tu madre —ironizo— realmente no esperaba que fueras tan hipócrita para seguir diciéndome así. Te recuerdo que fuiste tu misma quien dijo que no me querías. Que te asustaba, y que me temías. Tu misma me renegaste como tu madre, no salgas ahora que vas a verme como lo que realmente soy, o más bien, lo que realmente era. Si esa es la mejor expresión —se dijo a si misma— Debo irme —me soltó empujándome hacia atrás. Se acercó a la puerta y colocó a su mano en el picaporte. De pronto se detuvo y se giro de nuevo hacia mí diciéndome con una sonrisa maliciosa— Te deseo la peor suerte del mundo y que tu vida sea espectacularmente una miseria.

¿Era posible que una madre odiada a su hija? Esas palabras no eran absolutamente palabras que diría una madre. Es mi culpa que todo esto sea así, quiero remediarlo a como dé lugar. Quiero a mi madre de vuelta.

— Detente —grite, mi madre se detuvo frente a la puerta, continúe— Realmente esto es lo que quieres. Realmente me desprecias como dices. Soy tu hija y tú mi madre. No sigamos así. Mamá, perdóname. Cometí un error, lo sé, pero quiero remediarlo. Empezar todo desde cero, crear una nueva relación. Me esforzare para hacerlo, hare lo que sea con tal de que me perdones…

— Lo que sea… —permaneció pensativa— Que buena idea has tenido —dijo al fin— estoy de acuerdo con ello —se giro haca mí— Te permitiré vivir en la casa de los Galindo y te daré la oportunidad de que remedies tu error. Claro, siempre y cuando cumplas con lo que te diré a continuación. Es algo tan sencillo, tan sencillo que cualquiera puede hacerlo. Lo primordial para ser una Galindo, el ejemplo a seguir para cualquier persona pero, quiero preguntarte antes ¿estas segura de que quieres hacer esto?

— Claro —dije de inmediato— si logro lo que me dices, podre pertenecer de nuevo a la familia ¿verdad?

— Por supuesto —afirmó

— Bien, dime lo que debo hacer

— Tan solo…debes ser perfecta

Guarde silencio al escuchar esa palabras, ¿había escuchado bien?

— ¿Perfecta? Pero mamá, tú… tú misma me dijiste que ser perfecta es imposible. No quiero pensar que me diste esta oportunidad porque sabes que nunca podre hacerlo. No harías eso ¿verdad mamá?

— Rose… —se acerca a mí— ¿Dudas de tu madre?

— Yo… no, claro que no. Mamá no haría eso.

— Bien dicho —se apartó— Se perfecta y volverás a estar con todos nosotros como en los viejos tiempos. Debes ser la mejor en todo, no cometer ningún error, destacar en todas las cosas y que nadie te supere. Debes ser perfecta. Se perfecta y obtendrás mi perdón. Pero no te confíes demasiado. Tienes tiempo límite por delante.

— ¿Tiempo límite?

— Aja. Debes ser perfecta antes de tu cumpleaños nuevo 18. Si no cumples con ese objetivo, lo pagarás muy caro.

Abrió la puerta y salió de la habitación sin decir una palabra más. Permanecí en silencio observando la puerta por donde mi madre había salido, confiando en la pequeña esperanza de que ella regresara y me dijera que todo había sido tan solo una mentira. Pero nunca volvió. Cerré mis ojos y contuve el llanto que anhelaba salir. A pesar de mis esfuerzos nada había resultado como quería, pero de que me quejo YO tuve la culpa de todo lo que sucedió…

Los días transcurrieron rápidamente. Salí del hospital y regrese a la casa de los Galindo. Lo primero que hice al salir del hospital fue ir a la casa de Nicole para intentar reconciliarme con ella. Logre hablar con mi amiga pero parecía que nada andaba bien. Algo había ocurrido. Me era difícil hablar con ella como lo hacia antes. Creo que lo que había hecho no tenia marcha atrás. No solo había arruinado a mi familia sino también había perdido mi preciada amistad con Nicole. Todo iba de mal en peor.

Un día antes de que Nicole se marchara me reuní con ella. Nicole todavía no me había comentado nada acerca de su partida y eso me inquietaba bastante. Caminábamos por una estrecha vereda empinada. Caminábamos en silencio. Tenía miedo de decir algo que la hiciera enojar. No se me ocurría algo que decir. Debo reconciliarme hoy mismo o todo realmente terminará.

— Abre tus ojos fuertes a la vida… —comencé a cantar— No dejes nada a la deriva del cielo nada te caerá

Seguí cantando esperando a que Nicole se uniera y cantáramos juntas. Pero nunca lo hizo. Me detuve. Me gire hacia ella y dije:

— Lo sabia estás triste. Tú siempre sonríes cuando cantó Napoleón, me pregunto qué te pasará, será acaso lo de la mudanza

— Tú… ya lo sabias —dijo sorprendida.

Afirmo con la cabeza

— Me lo comentaron tus padres hace una semana, realmente me puse triste, solo pensaba "voy a separarme de mi mejor amiga" pero después me puse a pensar, "Si realmente somos amigas, nunca nos separaremos" ¿cierto? —Nicole empieza a llorar, me acerco y la abrazo, luego continuo— Así que si era por eso, no te preocupes, aprenderé a cuidarme sola, comenzare a ser alguien como tu, alguien fuerte, capaz de lograr sus sueños, ya lo veras, cuando nos volvamos a ver yo seré esa clase de persona, te lo prometo pero tú también prométeme algo —Me separo de ella y comienzo a recitar uno de mis poemas que yo misma había compuesto:

"Dime una cosa, ¿eres feliz?, consideras que siempre has hecho lo correcto, y que no hay nada del que arrepentirse, piénsalo nuevamente...
Regresa a tu pasado y cuéntame tus éxitos y tus errores....
Cuéntame también si fuiste capaz de hacer feliz a alguien o si fuiste capaz de hacer infeliz a alguien y dime si lo disfrutaste......
Ahora te pido que me prometas que nunca mas volverás a hacer infeliz a nadie, eso te incluye a ti, piensa que tú eres alguien importante, alguien capaz de ayudar a los demás, alguien que vive la vida....
Por ultimo júrame que desde este día, aunque los caminos nos separen, siempre serás feliz....."

— Comprendes el mensaje de mi poema, desde este día ambas trataremos de alcanzar nuestras metas. No, las haremos realidad. 

Luego de decir eso comienzo a caminar de nuevo y vuelvo a cantar Napoleón. Habré dicho lo correcto. Nicole será capaz de perdonarme ahora. Me arme de valor y me gire para preguntarle, Nicole ya no estaba. Caminaba sola, no me había percatado que ella había desaparecido sin decir nada.

— Significa que todo terminó.

Me odia por completo. Yo la traicione y ya no puedo remediarlo. Todo… todo… lo he perdido todo. A mi papá, a mi amiga, TODO. Ya no puedo seguir… solo tengo una oportunidad para que todo se arregle. Debo ser perfecta, solo puedo intentar eso.

Día tras día viví mi vida tratando de alcanzar aquel objetivo imposible de cumplir. Esperanzada en que era posible lograrlo, aunque sabía en el fondo de mí ser que solo me estaba engañando a mí misma…

Hoy es 22 de enero.

*******************
Holaaaaaaaaaaa!!!!!!

 cuantos trillones de millones de años sin venos (exagero xD) pero si que me tarde mucho en publicar y bueno en parte fue la flojera que no me dejo entrar o escribir en blogger. Les pido perdon si no pase por sus blog. Disculpen

.. en fin  así terminó el Flashback que opinan. Triste, inesperado, esperaban mas, creían que pasaría otra cosa (haha eso es lo mismo que inesperado haha sigo riendo)  pero bno quiero saber que opinan  COMENTEN    es gratis, 
quiero saber si les gusto o no. A mi no me termina de convencer, llevo un año teniendo esta parte en mi cabeza y me lo imaginaba bien diferente a esto, ¿¡cómo termino así!? no lo se pereo bno ya esta y el  22 de enero saldra el proximo cap (espero) 
tengo que hacerlo ese dia para que coincida con el hecho que pasara en mi novel genial okk no pero quisiera que estuvieran pendientes ese dia bien otra cosa. 

Tengo un premio que llevaba miles de años que no tenia uno eso me hace muy feliz  de parte de Ghaaby Captor asi que aqui esta


El premio lo puede tomar cualquiera que quiera tenerlo.